La Rehabilitación domiciliaria representó hace unos años un cambio de paradigma en la visión clásica de la Rehabilitación médica, muy institucionalizada hasta ese momento, pero su eficacia y eficiencia terapéuticas, junto a la aceptación de los profesionales y la alta satisfacción por parte de los pacientes, ha hecho que esta realidad se vea reflejada.
En el proceso de rehabilitación del adulto mayor se vuelve indispensable una adecuada red de apoyo, que en la mayoría de sus casos la compone el núcleo familiar. Esta red de apoyo, como su nombre lo dice, es un soporte fundamental que refuerza la intervención terapéutica en hechos como la administración de medicamentos, alimentación e higiene. Pero es fundamental en prácticas como la realización de ejercicios cuando no está el kinesiólogo, el cual previamente educó correctamente al familiar o cuidador que forma la red de apoyo.
Esta realidad es posible efectivamente desde un concepto de rehabilitación domiciliaria con un enfoque biopsicosocial, donde interviene lo biológico (enfermedad), lo psicológico (apoyo) y lo social (participación con la familia y en enternos sociales).
